El último de los Incas de Vilcabamba: Tupac Amaru II.

Opinión (Prof. Rómulo Cavero Carrasco) Viernes, 04 de Noviembre de 2011 09:00.

 “… Coronarán con sangre su cabeza; sus pómulos con golpes. Y con clavos sus costillas. Le harán morder el polvo, lo golpearán; ¡Y no podrán matarlo! …” (Alejandro Romualdo) 

Un día como hoy, el 4 de noviembre de 1,780, el último de los incas de Vilcabamba, JOSE GABRIEL CON-DORCANQUI NOGUERA, Tupac Amaru II, lanzó su grito de rebelión en Tinta (Qosqo, Cusco), al fracasar sus gestiones, así como sus esperanzas de que se hiciera justicia a sus hermanos de raza y condolido de la triste situación en que ellos vivían.

José Gabriel “CHEPI”, era cortés y afable, hablaba perfectamente el quechua, castellano y latín. Era reconocido por los españoles como indio noble, grueso, de barba saliente, ojos negros y vivaces, de cabellera larga, distintivo de la nobleza autóctona. Gustaba vestir bien, sobre la casaca usaba el unku de lana, exhibiendo bordados de oro en fondo morado y las armas de sus antepasados.

Joven aún, a los 22 años contrajo matrimonio con la dama abanquina Micaela Bastidas Puyukawa, con quien tuvo tres hijos: Hipólito, Mariano y Fernando.

Por derecho hereditario, muerto su padre, ejercía las funciones de cacique y señor de Tinta y Surimana. Era dueño de extensas tierras de labor y además estaba dedicado al arrieraje por lo que gozaba de buena situación económica, el mismo que puso a disposición de su causa libertaria.

El levantamiento de Tupac Amaru fue, pues, un grito heroico y desesperado de un pueblo que soportaba el abuso, la prepotencia y las humillaciones de los colonizadores españoles, pues los nativos debían pagar fuertes tributos con su sangre desde que nacían hasta que morían. Se les obligaba comprar en los repartimientos mercadería inútil y a alto precio; luego se les obligaba también a servir en las mitas y obrajes donde se les explotaba bárbaramente.

La rebelión de Tupac Amaru tuvo tres causas bien marcadas:

- El mal trato que recibían de parte de los españoles,

- Los abusos de los odiosos Corregidores y,

- La mala administración de justicia.

Iniciada la revolución, la primera medida que tomó Tupac Amaru, fue la captura, juzgamiento y ejecución del corregidor Arriaga, el 10 de noviembre del mismo año en la plaza ds Tungasuca, personaje que fue muy odiado por los abusos y extorsiones incalificables que cometía contra los indios. Después con sus huestes compuesto de indios y mestizos, armados pobremente con hachas, lanzas, rejones y algunas armas de fuego, luego de obtener el triunfo en Sangarara, se retira al sur, donde es derrotado en las batallas de Checacupe y Tambopata, de donde Tupac Amaru logró escapar hasta Langui, lugar en que fue tomado prisionero.

El visitador Areche ordenó su traslado al Cusco, donde lo sometieron a juicio y lo condenaron a muerte junto con los principales miembros de su familia.

Tupac Amaru al ser interrogado y torturado respondió a voz en cuello las siguientes frases históricas:

“Los únicos culpables somos tú y yo, tú por oprimir y explotar a mi pueblo y yo por haber tratado de libertarlo de tanta tiranía, por lo tanto, ambos merecemos la muerte…”.

Micaela Bastidas, al ser ejecutada decía:

“… por la libertad de mi pueblo he renunciado a todo… No veré florecer a mis hijos, quisiera gritar tanto que mi grito quedará prendido en el aire para siempre…, la semilla que sembramos con nuestra sangre seguirá germinando…, un día nuestra voz se alzará de aquí y ya no podrán callarla…”.

El sacrificio de Tupac Amaru, no fue en vano porque dicha rebelión conmocionó y alarmó a los Reyes y Virreyes de España, Buenos Aires y de Nueva Granada, lo mismo que a la Corte de España que tuvo que abolir los repartimientos, mejorar las condiciones de los mitayos y establecer la Audiencia del Cusco para mejorar la administración de justicia.

Por otra parte, la sangre derramada por Tupac Amaru, de los suyos y de sus compañeros de armas, fecundó el suelo patrio y fue el inicio de los posteriores movimientos a favor de la emancipación del Perú y de América, pues tuvo honda repercusión de magnitud continental.

¡Honor y gloria a quienes iniciaron la gesta libertaria junto a Túpac Amaru y Micaela Bastidas!