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Carnaval: breve historia de una milenaria festividad.

Publicado: 2013-04-10

Por: Jinre  (citas y compilación).

Introducción

La etimología de la palabra “Carnaval” es muy incierta. Algunos estudiosos dicen que deriva de las palabras italianas “carne y vale” que quiere decir “carne a Dios”, indicando la excesiva sensualidad de los días carnavalescos. Otros aseguran que deriva de “carro navale” o sea, “carro naval”. En la Edad Media lo llamaban “fasnachat” o “fesenach”, fiesta de locura.

La celebración del Carnaval tiene su origen probablemente en las fiestas paganas celebradas en honor al Dios Baco, el Dios del vino en las  saturnales y las lupercales romanas, también en las  dedicadas a Dionisio en Grecia, o las que se realizaban en honor del buey Apis en Egipto.

El Carnaval “Cristiano”

El Carnaval se celebra en los países que tienen tradición cristiana en los días que preceden a la cuaresma. Concretamente se ubica al Carnaval en los tres días anteriores al Miércoles de Ceniza durante los cuales, de acuerdo a las normas del ritual cristiano, tradicionalmente no se comía carne, esto arrojaría luces sobre la etimología del término “Adiós a la carne” o “carnevale”. Durante estos tres días, el pueblo liberado del estricto control de sus jerarcas, copa literalmente las calles. Se pinta, se disfraza y por sobre todas las cosas, critica ferozmente el régimen que padecen los restantes 360 días del año, burlándose de sus representantes: señores, eclesiásticos y autoridades comunales. Todo ello bajo la invocación, no del Dios Cristiano, sino del Dios Momo, Dios de la Burla en la Mitología Antigua. Una Curiosidad: hasta hace unas pocas décadas, se celebraba el Miércoles de Ceniza enterrando a un muñeco. De esa costumbre pagana tal vez derivó el término “entierro de carnaval”.

Algunos Papas clamaron contra los desordenes del desenfreno con el que se celebraba el carnaval. El medioevo dio origen a la fiesta del “Asno de los Locos” o del Siervo, en la que los hombres vestidos con pieles recorrían los campos y entraban en las casas.

Rey Momo

Hijo del Sueño y la Noche, dios de las burlas y de las agudezas. Satírico hasta el extremo, nada había perfecto ante sus ojos y los mismos inmortales eran a veces objeto de sus punzantes chanzas.

Elegido por Neptuno, Vulcano y Minerva, como juez de sus respectivas obras, a las tres encontró defectos. Neptuno hubiera debido, según él, puesto al toro las astas delante de los ojos, para herir con más seguridad, o al menos en el lomo para dar los golpes más fuertes. La casa de Minerva también le pareció mala, porque era demasiado pesada para ser trasladada de una parte a otra. En cuanto al hombre, obra de Vulcano, hubiera querido que le hicieran una ventanita en el corazón para que pudiesen verse sus más secretos pensamientos. La misma Venus no pudo escaparse y estar protegida de sus sátiras malignas, sin embargo, como era demasiado hermosa para poder ser criticada, Momo encontró en su calzado un objeto de risa. Se le representa levantándose la máscara y sosteniendo en la mano un muñeco, como símbolo de la locura. La conducta de Momo, desenfrenada, burlona y sin respeto a las personas y al orden establecido, es lo que se expresa en muchos sentidos en la fiesta del carnaval.

Historia de las Máscaras y Caretas

El origen de la careta se remonta en el tiempo y se extravía en la más insospechada antigüedad. Se supone que su invención se debió a fines religiosos. Desde la época del paleolítico, el ser humano ha utilizado máscaras cuyos materiales han sido diversos y han variado a través del tiempo. Se utilizan dos términos similares: careta y máscara. La careta es exclusivamente para cubrir el rostro, para disimular rasgos de la cara, mientras que la máscara puede cubrir el todo el cuerpo. Fueron usadas y aún se siguen utilizando con fines religiosos en algunas culturas. Algunos hallazgos arqueológicos demostraron que eran muy usadas en Egipto para perpetuar con ellas los rostros de los muertos. Se colocaba junto con el ataúd, pintándose de la misma manera que éste.

El uso de la máscara comenzó a evolucionar en Roma cuando la llevaban los actores en los cortejos fúnebres para que se reconociera y recordara el rostro del difunto. A partir de este empleo, la careta rápidamente fue utilizada para diferentes fines. Comenzaron a usarla los actores entonces para representar fielmente en sus obras los rostros de los personajes históricos que estaban interpretando. Así, rápidamente, se adoptó su uso en las fiestas saturnales en Roma y se las comenzó a usar con carácter festivo dando origen a la cosumbre de su utilización en las fiestas de carnaval. Con dichas caretas se comenzaron a realizar escenas burlescas de los ritos sagrados. Con el tiempo fueron evolucionando y cambiando sus usos hasta la actualidad en que es frecuente solamente en las carnestolendas.

El antifaz moderno es un vestigio de las fiestas de Baco y Cibeles. En definitiva, el Carnaval se fue constituyendo en una curiosa celebración que antes de la Cuaresma cristiana le permite a la gente romper sin pudor con cánones morales, recurriendo a disfraces y excitantes cantos.

El Carnaval en los Tiempos Modernos

Hoy en día, existen en el mundo lugares célebres por sus festejos tradicionales y espectaculares, los que atraen a muchas personas y amantes de las costumbres de cada sitio, como lo son el Carnaval de Río, el de Santa Cruz de Tenerife, el de Cádiz, el de Oruro en Bolivia, el de Corrientes en Argentina y el de República Dominicana, por mencionar sólo algunas.

La costumbre de arrojarse distintos tipos de elementos fue heredada de los romanos quienes se divertían tirando con fuerza confites de menta, rosa o anís a la cara de los transeúntes; de aquel hábito fue que se adoptaron los papelillos. Pero estos últimos, como los conocemos hoy en día, tuvo su origen en una imprenta de París. Se cuenta que allí, un obrero que perforaba pliegos de papeles de colores, al ver caer los redondelitos sobrantes los juntó y se los regaló a su hijo; el obsequio no sólo causó sensación entre los niños, sino también en los adultos quienes comenzaron a encargarle bolsitas de papel picado para arrojarlo durante los días de carnaval. Con el correr de los años, el carnaval tomó formas y costumbres diferentes según cada país.

El Carnaval en el Perú.

El Puqllay. Existente antes de la llegada de los españoles.

Como muchas de las expresiones culturales venidas de Europa, los carnavales se reinterpretan en el Perú, dotándolos de un contenido diverso al que tuvo en su origen medioeval.

La observación minuciosa de los carnavales en el Perú, nos muestra que éstos son la afirmación de conceptos culturales propios y expresiones artísticas que corresponden a las culturas nativas o mestizas con contenidos propios, integrándose a la vida social contemporánea. Durante su celebración, los diversos sectores sociales involucrados se reafirman y expresan sus formas de pensar y sentir de acuerdo con las normas de las culturas de tradición oral a las que pertenecen.

En las comparsas o pandillas, se bailan carnavales por plazas y calles, en las que los bailarines representan barrios, comunidades o clubes sociales, del mismo modo que en los bailes alrededor del árbol cargado de regalos -denominados umisha, yunza, sachakuchuy, monte o cortamonte, unsha- en estas celebraciones, encontramos una admirable capacidad de organización de los pueblos para afirmar su derecho a hacer arte, continuando con antiguos ritos o celebraciones en homenaje a la vida, en lo que originalmente se denomina como Puqllay.

Es importante precisar que en algunas comunidades campesinas de la región del Cusco, en una decisión de absoluta responsabildiad ambiental ejemplificadora y como signo de preocupación por los efectos del calentamiento global y por respeto a la pachamama, los comuneros han decidido dejar de lado la tala de árboles que ocurría de manera numerosa para el armado de la Yunza, costumbre que a través de los siglos, se constituyó en elemento importante para la celebración del carnaval peruano. Un ejemplo que es digno de resaltar y replicar. Ninguna tradición por encima de la razón.

Puqllay, que es sinónimo de juego y duelo -duelo entre dos que compiten pero que no se eliminan-, es una suerte de carnaval indígena, que se inicia luego del solsticio de verano, el mismo que se cumple en el mes de diciembre y que coincide con la fiesta de navidad. En muchos lugares, a partir del mes de enero se llevan a cabo una serie de actividades festivas que forman parte del puqllay. Éstas incluyen el cambio de autoridades comunales; las celebraciones de “compadres y comadres” después la llegada de las lluvias; el florecimiento de las plantas y el apareamiento de los animales. Estas celebraciones rituales andinas coinciden con el carnaval llegado de occidente. Como vemos, los carnavales andinos desbordan pues el concepto del carnaval europeo, reafirmando los lazos familiares, sociales, culturales y desarrollando leguajes artísticos propios.

Los lenguajes artísticos se expresan integralmente en los carnavales a través de la poesía en las coplas, con contenidos diversos tanto eróticos como políticos. También se expresan  los juegos y duelos de los jóvenes enamorados que manifiestan su deseo de formar pareja, los que muchas veces son parte de las danzas celebratorias; también se expresa en  la música con diversidad de ritmos e instrumentos que afirman una memoria colectiva e histórica con sus propios valores estéticos. En varios momentos del carnaval, se ponen también de manifiesto el ingenio y el repentismo tanto de mujeres y hombres, quienes en competencia celebrativa, dan rienda suelta a su ingenio para satirizar a sus circunstanciales contrincantes de canto; cada detalle del entorno, de la vestimenta, de la intensión más escondida, sirve como punto de partida o “pie” para dar inicio a los versos de respuesta en los denominados contrapuntos de las coplas de carnaval, las mismas que transitan las temáticas más increíbles.

Ni aún en la época más violenta, entre 1980 y 1990, se dejó de celebrar carnavales. Al contrario, la tensa situación social y política, la violación sistemática de los derechos humanos, la amenaza permanente contra la vida y la libertad, hicieron que las comparsas expresaran cantando, todo aquello que no se podía decir abiertamente por miedo a la represalia, la que podía venir tanto de los grupos alzados en armas, como de la policía, de los grupos paramilitares o del ejercito. Las canciones de carnaval, así como los waynos, se constituyeron entonces en la mejor vía para la denuncia social.

Hoy en día, los carnavales en el Perú siguen esa larga tradición de la observación del entorno y la realidad inmediata, los cultores de las coplas y cantos de carnaval año a año renuevan sus repertorios generando una corriente constante de vitalidad de la festividad y de los lenguajes musicales orales característicos de cada región. Conocer y entender la rica historia acumulada en estas festividades, es permitirse asimismo una  mirada crítica y distendida a la rica historia musical y social del Perú, pues hay que recordar, que  a través de los cantos y al centro de las celebraciones del carnaval, se ha puesto de manifiesto por sobretodo la celebración y afirmación de la vida, de la alegría, pero también de las denuncias sociales, expresiones que de otro modo, tal vez hubiesen sido difíciles de visibilizar.

En el Perú son muy famosas las festividades del carnaval en Cajamarca, Amazonas, Junín, Ayacucho, Apurimac, Arequipa, Puno y Cuzco, sin embargo, cada pueblo y paraje del interior de nuestra patria, guarda en su seno una personalidad y una histórica cultural que enriquece las variadas formas de manifestación de lo que hoy en día constituye ese maravilloso universo conocido como: el carnaval peruano.

Fuentes:

http://usuarios.lycos.es/ecijacarnaval/menu_historia.htm

http://209.85.165.104/search?q=cache:XIAtXfWY80oJ:www.antonioburgos.com/antologia/semana_santa/curiosidades/zzcurioaalmaque.html+miercoles+de+ceniza+2007&hl=es&ct=clnk&cd=1&gl=pe

http://es.wikipedia.org/wiki/Carnaval_ayacuchano

http://usuarios.lycos.es/ecijacarnaval/menu_historia.htm

(*) Chayraq – Chalena Vásquez – Abilio Vergara Figueroa


Escrito por

Jinresocialarte

Hijo de padres, abuelos y bisabuelos Cajamarquinos, bella tierra norteña que llevo en la mente y el corazón, junto a la patria toda.


Publicado en

Jinre

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