Un día como hoy, entre el 3 y 4 de Julio del 2012, en las provincias de Celendín y Bambamarca - donde nacieron mi madre y mi padre respectivamente - la Policía Nacional del Perú (la que tiene el deber constitucional de proteger a los ciudadanos peruanos), asesinó a 5 pobladores cajamarquinos, entre ellos, un menor de edad. Los pobladores de estas provincias salieron a expresar su indignación contra la contaminación de sus lagunas y ríos. Dentro de esa masa de ciudadanos, se encontraban también nuestros familiares y amigos: tíos, primos, habitantes de vida sencilla, quienes sienten día a día cómo se afecta y contamina sus tierras por parte de la gran minera Yanacocha. Hasta el día de hoy, no hay culpables ni acusados por estas muertes. 

No a la impunidad, no al asesinato de inocentes, no a la prepotencia del gran capital, no a un Estado entreguista y de espaldas a sus pueblos. Sí a la vida. Conga no va.