Si algo me molesta de veras (por no decir: me jode) hasta el hartazgo, es la auto suficiencia, el autobombo por parte de esos que se hacen llamar periodistas y trabajan sobre todo en la televisión y en emisoras de radio conocidas. 

Haciendo gala de una petulancia reiterada, año tras año (claro, con poses de "sencillez") no se cansan de vanagloriarse que no hay profesionales, ni profesión, ni oficio más importante y abnegado que el suyo (si me conmueven hasta las lágrimas), insisten sin empacho que son los más sacrificados y que sin ellos no hay democracia posible. El colmo de lo insoportable, es verlos creerse que tienen derecho a meterse donde les da la gana y hacernos creer que todos estamos en la obligación de darles explicaciones cuando deciden ponerte un micrófono o una cámara aun sin tu consentimiento.

Ah!, y ni qué decir de lo que hay que aguantar si es que alguna vez se muere alguno uno de ellos o algún familiar suyo, porque ahí sí nos venden la noticia con tal congoja y espectacularidad como si esta fuese más importante incluso que la muerte de algún familiar nuestro. Cuando muere algún periodista graduado en “teleprompter” lo convierten en la noticia más importante de la semana y hasta del mes, saliendo por buen tiempo en primera plana. Como si fuera poco, y no contentos con ello -como si no bastara- en las semanas que siguen a su entierro se dedican a llenar la pantalla, las paginas y las radioemisoras de especiales reiterados con la vida de quien "en vida fue" dicho personaje; francamente, insoportable.

La profesión de periodista, no es ni la más noble, ni los periodistas son la última chupada del mango, dejémonos de vainas, es una profesión importante sí, como pueden ser otras cuando son asumidas con responsabilidad, con dignidad, con ética, solvencia, con justeza y sin ser mermeleros o convenidos.

Yo no olvido que en el Perú y el mundo, el periodismo y muchos periodistas no sólo no han sido nobles ni probos, sino que, muy por el contrario, han jugado un rol vergonzoso, interesado, ASQUEROSO y hasta criminal, difamando, auspiciando golpes de estado, mintiendo, y en otras, tergiversado información, creando “cortinas de humo", generando distractivos y sirviendo a poderosos intereses económicos.

En el Perú, muchos "periodistas" que hoy escuchamos por radio, vemos por televisión o escriben en algún medio conocido, no sólo no fueron neutrales o imparciales, sino que, trabajaron para avalar una dictadura corrupta y criminal, manejaron información publicada a su antojo para no denunciar crímenes y actos deleznables, incluso, prepararon y preparan aún sus entrevistas no con "independencia" profesional, sino, de acuerdo a lo dispuesto por el poder de la conveniencia.

Así que seamos francos, en nuestro país al menos, el periodismo tiene muchas deudas pendientes, muchas bajezas por las que tiene que responder y hoy mismo muchos de sus actores siguen haciendo de las suyas en todos los medios; así que, a otro sonso con tu autobombo y tu petulancia disfrazada de pulcritud.

Porque conozco y aprecio a amigos y maestros periodistas dignos, yo dudo que todos ellos se sientan parte de una misma familia profesional dentro de este gremio donde también habitan lo más inmundo de esta profesión que ha sido puesto en evidencia en tiempos recientes.

En ese sentido, va mi abrazo sincero sólo a aquellos periodistas escasos que trabajan por una patria digna, justa, bien informada y que mantienen invicta su ética y dignidad apostando por un mundo más solidario, culto, sin enfermos consumismos, ni aupando a criminales, corruptos, ni a quienes los sustentan.

-Jinre-