#ElPerúQueQueremos

No la hemos olvidado

Publicado: 2014-12-26


Mónica Delta volvió al Perú hace poco tiempo apareciendo al principio con un notorio perfil bajo, unos leves “golpes de pecho”, intencionalmente moderada y con ademanes delicados que la mostraban como una persona poseedora de una indudable sencillez y transparencia – siempre la vemos tratando de irradiar delicadeza y solvencia: subirse los anteojos, sujetándose la barbilla y moviendo las manos en paralelo de cuando en cuando, todo ello, como si fuera parte de una imagen deseosa de proyectar y vender al público-. Pero poco a poco con el transcurrir de los meses la vimos sentirse más segura – al lado de Aldo M.- dejando salir en pequeñas dosis lo que con seguridad forma parte de su innata manera de ser y que no puede contener. Como una carrera que va tomando velocidad, ahora la vemos y oímos alzando la voz frente a determinados entrevistados –ojo, no es así con todos- interrumpiendo las respuestas con impertinencia desmedida algunas veces, y en otras, haciendo preguntas infecundas que, valgan verdades, en muchos casos no parecieran propias de una persona que ya cuenta con un camino y dominio del oficio del periodismo. Es decir, ya en estos días asistimos y volvemos a ver a la Mónica Delta que ahora sí nos hace recordar a aquella periodista con serios problemas de equilibrio e imparcialidad como cuando conducía aquel famoso programa dominical de nombre “Panorama”, de Canal 5; sí, ese mismo canal del prófugo Schutz, vendido a la dictadura de Fujimori y Montesinos por unos cuantos millones de dólares.

Hablamos de Mónica Delta, la periodista que hace más de una década y media ingresaba a nuestros hogares los domingos en horas de la noche –minutos antes de las ocho – la misma que vimos iniciarse como reportera en Palacio de Gobierno de la primera gestión de Alan García y luego de algunos años pasar a hacerse cargo de uno de los programas de entrevistas y noticias más vistos de la década del noventa. Desde “Panorama”, Monica Delta había pregonado hasta el cansancio la línea plural de su programa y del canal donde trabajaba. En plena dictadura de Fujimori se jactaba con orgullo del papel que desempeñaban todos los periodistas de dicha casa televisiva. No pasó mucho tiempo sin embargo para que frente a lo evidente (algo que la mayoría de peruanos ya sabía, pero que ella, la inocente y “agüda” periodista, desconocía) es decir, frente al video que revelaba la venta (o compra) en peso de “Pantel – Canal 5” a cambio de varios millones de dólares, no le quedara más salida que desaparecer de la escena pública local (para evitar dar cara a lo que había ocurrido con “su casa televisiva”) refugiándose laboralmente en EE.UU.

Con seguridad, de no haber salido a la luz dicho video, Mónica Delta hubiese seguido haciendo gala de la supuesta imparcialidad del canal donde trabajaba y del cual era sin duda alguna la más importante periodista y conductora; en el video filmado en la Salita del SIN, aparecen nada más y nada menos que su jefe Ernesto Schutz junto a Vladimiro Montesinos transando una de las muchas veces la compra de la línea editorial del “Canal 5”; las imágenes muestran además los “adoquines gruesos” de dinero con los que con toda seguridad también se pagaba parte del sueldo de los “imparciales periodistas” que ahí laboraban ¿alguien lo duda?

Hay que recordar adicionalmente, como señaló Verónica Palomino en su momento, una nota publicada de aquellos años en la que se deja en claro que Mónica Delta no era una conductora más de dicho canal, sino que, tenía además un elevado cargo de confianza en dicha empresa pues  ella era adicionalmente: Asesora de Schutz y presidía el Comité de Prensa que se reunía todas las mañanas con el “Ingeniero”, que era como le decían al presidente del Directorio y hoy prófugo de la justicia peruana. De lo expuesto y en honor a la memoria, resulta difícil pues creer o al menos no tener una duda más que razonable, que la famosa conductora (al igual que en la novela de Fujimori con Montesinos) 'no sabía nada de nada’ de lo que realmente pasaba en su chamba.

Hoy mientras tanto y a medida que pasen los días, seguiremos viendo a la ya famosa periodista haciendo gala de su “gran experiencia”, “leyendo el ‘teleprompter’, poniendo la 'cerecita' final de su opinión a la noticia ya manejada, haciendo honor a su auto-proclamada sagrada imparcialidad, seguiremos viendo a la profesional a quien según ella misma “no le dictan una sóla coma”; es decir, la veremos haciendo uso de lo que ella conoce y estamos seguros sabe hacer muy bien, es decir: practicar un periodismo a la medida de sus proclividades. Que duda cabe.

Lo importante es no perder la memoria.


Escrito por

Jinresocialarte

Hijo de padres, abuelos y bisabuelos Cajamarquinos, bella tierra norteña que llevo en la mente y el corazón, junto a la patria toda.


Publicado en

Jinre

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