Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde.

No más cultura en Lima y todo gracias a gente que no le interesa y ni entiende lo importante que es hacer gestión cultural.

Castañeda no sólo es un improvisador y cuestionado alcalde con serias denuncias de corrupción. Ahora, ha dejado sin continuidad  la gran gestión cultural realizada por la anterior alcaldesa (algo inédito en la historia de Lima) y que tanto propios como extraños han reconocido.

Bueno, sin más rodeos, con Castañeda hoy ya no van más:  los conciertos de diferentes géneros musicales en toda Lima, teatro, títeres, danza, las presentaciones en hospitales, parques zonales, seminarios, cursos de gestión cultural, la Cultura Viva Comunitaria, Barrio Mío... etc. etc. Lo peor es que condena a una sociedad a creer que en una ciudad y país como el nuestro, no es necesario hacer cultura. 

Pigmeos mentales son finalmente quienes piensan y actúan así; sin duda alguna. Y si son "autoridades", pues, la enfermedad ya es terminal.