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Televisión basura y libertad de expresión

Publicado: 2015-02-18

Siempre será bueno que la gente tome acción frente a asuntos públicos que considere deplorables. La peor actitud ante la bajura pública de la televisión y la prensa en general, es quedarse inmóvil, sin ejercer ciudadanía, sin crítica alguna.

Dejémonos de torpezas. La televisión no es cualquier medio de comunicación: ella forma discursos de apreciación basados en el reating, moldea estereotipos, refuerza distractivos sociales y lamentablemente sus "pobres mensajes" no se terminan ‘cambiando de canal’ como ingenuamente se cree. Si hoy nos indignamos y golpeamos el pecho por temas como el "bulling", el racismo solapado, el discurso xenófobo, el mensaje segregacionista y el auspicio de la pobreza de intelecto, entonces estamos en el deber de alzar la voz para apostar por unos medios de comunicación constructores de respeto y más democráticos. 

En nombre de la llamada "libertad de expresión" (de estos negocios particulares) no podemos avalar y pasar por alto la difusión de  mensajes y actuaciones públicas que no revisten mayor mérito a destacar; alzar la voz ante la bajura cultural siempre será positivo, aunque el esfuerzo  no pueda lograr algún cambio en lo inmediato, pero actuar, marchar, ser disidente, al menos, demostrará que no todos estamos de acuerdo cómo se orientan ciertos discursos amparados en el lucro.

Lo más peligroso es que la programación degradante, “chismera”, de exhibicionismo de la vida personal, en suma, basuralícia, es casi adictiva y es mucho peor, cuando nos inmoviliza y nos vuelve inmunes a su hedor.

Siempre hemos escuchado que la “libertad de expresión es sagrada” y creemos que tal vez podría serlo, pero resulta que quienes la hacen suya en gran medida y con gran poder, no son precisamente muy “santos” que digamos. A la luz de nuestra experiencia reciente, cuando un DERECHO es ejercido no sólo por los ciudadanos sino también por grandes y poderosos NEGOCIOS PRIVADOS, tal derecho ya no resulta ser tan "sagrado".

Imaginemos por un momento que otros derechos como el DERECHO A LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA o el DERECHO A LA VIDA puedan ser asumidos también por poderosas  empresas privadas y no sólo por el Poder Judicial, en otras palabras, que esos DERECHOS se encuentren “concesionados a negocios privados con fines de lucro” (como sucede actualmente con el DERECHO A LA LIBRE EXPRESIÓN, en manos de la televisión, diarios, radios, etc.), es claro que ante una divergencia primaría el criterio del ‘negocio’ particular, ¿acaso no abundan los ejemplos?  (sólo recordemos la venta de línea editorial de los canales de Tv. al Fujimontesinismo) El problema es ese, que el concepto del DERECHO A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN está casi secuestrado por NEGOCIOS PARTICULARES CON FINES DE LUCRO, ergo, este derecho no resulta ser tan sagrado como debiera.

Es importante tener presente que la "libertad de expresión" es un derecho amplio y fundamental, del cual la "libertad de prensa" es sólo una parte. La trampa del discurso es esa: se nos ha hecho creer que "libertad de prensa" (de las empresas privadas) es sinónimo de "libertad de expresión", que es a lo que tenemos derecho todos los ciudadanos sin excepción. La 'libertad de expresión' no sólo corresponde ejercer (y mucho menos pertenece) exclusivamente a los "negocios privados". Los ciudadanos de a pie, hombres y mujeres, también tenemos el derecho de ejercer de manera efectiva nuestro derecho a la 'libertad de expresión',  y en este caso,  sí sería mucho más "sagrado", porque los ciudadanos no lo ejercemos como "negocio", ni con fines de lucro, sino, como personas naturales frente a algo que consideramos indigno, injusto o reprobable.

Si los derechos no se ejercen teniendo como fin supremo al ser humano, entonces no son derechos plenos y demostraría que aún hay mucho por avanzar y corregir. 

Por lo expuesto, creemos que frente a una programación masiva degradante, que vende estereotipos, que es poco constructiva, solapadamente racista (sobretodo en un país tan diverso culturalmente como el nuestro) y frente a una prensa manipuladora, oligopólica, tras de la cual se ocultan poderosos intereses y proyectos económicos de dominio, estamos en el deber de asumir nuestro rol como ciudadanos para ejercer crítica constructiva en pro de mayor respeto y democratización de nuestros espacios públicos. No es positivo ni maduro abdicar de ese "derecho"; repetimos, lo más peligroso de todo es la inercia, la inmovilidad; correrle al sentido crítico, es morir un poco. 

Sin duda alguna, marcharemos junto a los jóvenes contra la televisión y la prensa basura que impera en nuestro país este 27 de febrero y todas las veces que sean necesarias.


Escrito por

Jinresocialarte

Hijo de padres, abuelos y bisabuelos Cajamarquinos, bella tierra norteña que llevo en la mente y el corazón, junto a la patria toda.


Publicado en

Jinre

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