Hace una semana se produjo la segunda entrevista del aun joven periodista Augusto Thorndike de "Canal N" a la Dra. Gloria Cano de la CC.DD.HH. respecto al caso de los "Comandos Chavín de Huantar", la misma que entendí claramente como una forma de querer resarcirse o 'lavarse la cara' públicamente después de la invitación anterior, frente a un tema en el que, de forma lamentable y recurrente, ha venido asumiendo una posición equivocada, o lo que sería peor, con desconocimiento del caso.

En realidad, es una lástima que este joven talentoso periodista no sea el único que no haya entendido bien el caso, prestándose con ello (tal vez sin querer) al juego de tergiversar los detalles de este asunto por demás importante, cuando en realidad sólo bastaría leer un poquito más o en todo caso preguntar sin amagues a los actores principales y evitar  así el ridículo que hacen frente a millones de ciudadanos que los vemos a diario, ciudadanos que en muchos casos, estamos  enterados de estos temas, al menos, con más objetividad y responsabilidad que la que evidencian muchos rostros televisivos y radiales conocidos en temas como este; finalmente y pensando bien, lo menos grave sería que estos periodistas desconozcan, sean ignorantes o que no se hayan preocupado en entender adecuadamente el tema; lo peor, sería que sabiendo y conociéndo bien el mismo, mintieran adrede y desvirtuaran la realidad con intereses mediáticos y políticos.

Pero no seamos mezquinos. En esta segunda entrevista se nota que el Sr. Thorndike se ha preocupado en averiguar un poco más, en enterarse y consultar mejor (por fin!) sobre el caso "Chavín de Huantar" y tal vez por ello la intensión de volver a invitar a la Dra. Glora Cano; bueno, bien por ello. No nos queda más que felicitar sinceramente que así haya sido. Es bueno rectificar, aunque la verdad, aun así y con todo, nos parece percibir que todavía le quedaran resquicios de duda o le costara trabajo poder reconocer del todo que las cosas no eran como él y sus colegas las han venido expresado durante tanto tiempo. Lo cierto es que los hechos están claros, lo demás, es subjetividad o alguna "debilidad" política.

Sólo para que quede claro: 

- Los Comandos Chavín de Huantar no han sido denunciados por la Coordinadora de Derechos Humanos; nunca, jamás, eso es falso. Punto.

- Quien incluyó a  los comandos en el caso fue el Presidente del fuero del Tribunal Policial Militar; a él deben preguntarle por qué lo hizo; les doy el nombre: General Juan Pablo Ramos.

- La parte civil sólo ha denunciado el asesinato extrajudicial y posterior al operativo de uno de los integrantes del MRTA (un crimen) que al parecer fue realizado por efectivos distintos a los "Comandos Chavín de Huantar", quienes habrían ingresado sólo a ultimarlos una vez que estaban rendidos y que el operativo ya había finalizado. Esos crímenes no se puede permitir jamás en un estado de derecho, hay que entenderlo de una vez. Eso es lo que se denuncia y debe esclarecerse.

No nos dejemos engañar ni manipular por despistados o interesados periodistas o por politiqueros que sólo pretender mediatizar el tema mintiendo adrede para "figurar" públicamente; prestarse a ese juego es insensato y hasta ridículo.

EXCESOS

En una parte de la entrevista adjunta, el periodista habla de los famosos "Excesos" que supuestamente "justificarían" el accionar policial y militar durante la época de violencia armada en nuestro país; este es un asunto al que muchos "iluminados" acuden; al respecto, me permito hacer alcance de las siguientes reflexiones, con respeto y firmeza:

Considero que debemos terminar o cortar de una vez por todas con ese supuesto "argumento" o "San Benito" al que acuden muchos como queriendo denotar inteligencia. 

"Exceso", no es torturar, no es descuartizar a personas; exceso, no puede ser meterle tiros en la nuca a gente arrodillada para luego quemarlos, enterralos y echarles cal... en miles de casos: inocentes. Y como si fuese poco, ocultar el lugar donde fueron depositados esos restos privando a sus familiares del consuelo de darles un digna sepultura.

"Exceso", no es violar o ultrajar sexualmente a mujeres, adolescentes o mayores de edad por media docena de policías o militares, mañana, tarde y noche, durante semanas; exceso señor, señorita, profesional, periodista, político, obrero, empleado, no es colocar a decenas de peruanos campesinos (a casi todo un pueblo) en fila y fusilarlos sin misericordia para luego dinamitar un cerro con la intención de desaparecer sus cuerpos.

En medio de un clima difícil, podría, tal vez, intentaría entender como "exceso", que los policías o militares se hayan apoderado indebidamente de una vaca o un carnero de algún campesino porque tenían hambre o porque el Estado los abondonó en su manutención; podría entender como exceso una detención formalmente legal, pero equivocada de una persona... pero lo otro: el matar a mansalva, el torturar, descuartizar, el violar niñas, asesinar adolescentes, estudiantes, fusilarlos, quemarlos y desaparecerlos con total impunidad y durante muchos años, eso señor, señorita, caballero, eso es sencillamente un crimen de lo más despiadado e indolente y pretender justificarlo de algún modo, nos hace crueles cómplices indirectos de aquellos horrendos delitos cometidos nada menos que contra nuestros propios hermanos peruanos.

Que quede claro.