Amigos, paisanos, compañeros...

Nunca lo olviden, el domingo 4 de octubre del 2015 quedará marcado en la historia del Perú como la fecha en que por primera vez y superando dificultades e incredulidades, pero afirmando entusiasmo, esperanzas, desprendimiento y deseos de construir una forma más limpia y democrática de hacer política en nuestra patria, se realizaron las primeras elecciones ciudadanas universales en todo el país (e incluso en el exterior) para elegir a un candidato o candidata a la presidencia. El nivel de auto organización, despliegue, entrega y armonía, indica que somos miles los peruanos que deseamos nuevos y mejores tiempos en nuestra patria. Los sueños por un mundo más justo, solidario, culto, moderno, con respeto a todos nuestros pueblos y ciudadanos por igual, han hecho posible esta inédita, única y sorprendente jornada fruto de la preocupación de quienes entregaron su tiempo (libremente, sin presiones ni obligados por ninguna multa) para hacerla posible; hasta esta hora, se estima que más de 25,000 ciudadanos peruanos se movilizaron voluntariamente para votar; sencillamente, maravilloso y esperanzador.

Jóvenes, adultos, mayores, varones, mujeres, de todas las edades, con desprendimiento, por propia voluntad, se organizaron y acudieron a elegir a sus candidatos; fue conmovedor, más de lo que uno podía imaginar el ver las colas de personas en varios distritos de Lima y en todo el país, todos para elegir por primera vez en un partido político a quien los representará en las próximas elecciones presidenciales. Para eso fue necesario un nivel de auto-gestión, desprendimiento, entusiasmo. En este proceso podían participar todos los ciudadanos sin necesidad de ser militantes; la verdad, qué lección ha dado el Frente Amplio, sobretodo, a esos "partidos" que siempre eligen a sus candidatos "a dedo", por apellido o porque son tan dueños de sus "partidos", que hasta les ponen su propio nombre.

Nadie puede negar este gran despliegue. Que ello sirva para seguir construyendo armonía y afirmando nuestros ideales, con cordialidad, con compañerismo, con espíritu constructivo. Que no nos venza la crítica infecunda y la división absurda; divididos, no somos nada; juntos, hacemos posible los sueños, como en este día.

Mi abrazo sincero desde esta mi pequeña y sencilla tribuna a todos: candidatos, organizadores, votantes, así como aquellos que expresaron públicamente desde otras orillas su respeto y reconocimiento a este esfuerzo hecho realidad.

Que nadie manche ni falte el respeto a nuestras esperanzas y deseos de forjar un país más limpio, solidario y justo.