Creo que muchas veces quienes no han crecido y no pueden zafarse de ciertos “corsetes” discursivos anclados en el siglo pasado, son esos tipos de periodismo y militancia que NO son precísamente de izquierda, los que  todavía no han aprendido a superar ciertas posturas repetitivas. 

En estos días he estado viendo y escuchando varias entrevistas a Verónika Mendoza y he re-confirmado algo: que a muchos "periodistas" conocidos y opinólogos les cuesta entrevistar y hablar de personas que no encajan en sus esquemas mentales, y claro, es que han estado mal acostumbrados por casi 35 años (sí, 35 años) sólo a entrevistar a personas con un discurso monocorde, neoliberal, fintero, conservador, demagogo, "extractivista", y por tanto, se les ve desubicados cuando de pronto escuchan a una mujer indudablemente inteligente y joven, muy estudiosa de nuestra realidad, hay que decirlo, que se asume de izquierda, que apuesta y cree en la inversión privada, en un Estado moderno, en las libertades democráticas, en el fortalecimiento de las instituciones, en la independencia de los poderes, etc. pero con algo adicional, fundamental, sustancial que la distingue claramente y que ella  se encarga de manifestar de manera explícita: el respeto a los Derechos Humanos, a todos los ciudadanos por igual ante la ley, a colocar al ser humano y el respeto a la vida por sobre la prepotencia del mercado; entonces, esos entrevistadores anquilosados por años en sus sillones de periodistas, envejecidos tras varios gobiernos de corte neo-liberal, no saben qué hacer, se les mueve el piso - ¿una mujer de izquierda hablando de inversión privada con respeto a los derechos humanos ?, "eso no está en mi libreto ", parecieran decir,  y entonces recurren a su último cartucho intelectual de derecha: "¿Venezuela es una dictadura o no?", "¿Cuba es una dictadura o no?" creyendo de ese modo que no hay nadie más inteligente en el mundo que ellos; en fin... creo que más que una izquierda, que hoy se muestra en realidad renovada, fresca, joven, moderna, humana, democrática, estudiosa, solidaria, defensora de la libertad, de la legalidad sin distinciones, transparente y coherente, como la que representa hoy indudablemente Verónika Mendoza, en realidad tenemos como contra parte a una derecha y un periodismo adicto al poder que sigue viviendo de una crítica gastada y atornillada en el siglo pasado... casi creyendo hasta hoy que el mundo se divide esencialmente entre "clientes y proveedores".

Entonces me pregunto: ¿quien es realmente el que no ha cambiado y crecido?