#ElPerúQueQueremos

Diego Trelles Paz opina sobre 'Denegri y Hildebrandt'

Publicado: 2015-12-17

Compartimos el análisis del escritor peruano Diego Trelles Paz, del sintonizado y tan esperado programa de la noche del miércoles "La función de la palabra", donde Marco Aurelio Denegri entrevistó a César Hildebrandt; a nuestro entender, un artículo estupendo y necesario:

Algunas breves reflexiones en torno a la conversación de César Hildebrandt y Marco Aurelio Denegri en la televisión nacional, y a algunos intercambios recientes de este servidor con algunos amigos del muro:

* Si bien es loable el interés de los televidentes que habitan las redes por un programa (el de Denegri) que no suele ver nadie, y es asimismo loable que haya marcado tendencia y se haya compartido en este pequeño mundo con loas y vítores, es bueno también señalar --sin ánimo de aguafiestas-- que esa bola de nieve ha sido generada tanto por la moda diaria de la tendencia electrónica (que esta vez se puso culta pero mañana volverá a su frivolidad habitual) como por una orfandad patente que tenemos ante una televisión canalla donde ya no se puede esperar profundidad, perspectiva y decencia periodística en los Nicolás Lúcar, las Mónica Delta, los Aldo Mariátegui, los Beto Ortiz. El momento cumbre de esta televisión de periodistas abiertamente entregados a los intereses políticos la marcó Jaime Bayly en la anterior elección cuando tuvo la indecencia de aceptar conducir un programa para atacar exclusivamente a solo uno de los candidatos que pasó a segunda vuelta y defender miserablemente a Keiko. Del Bayly pro-Keiko al Ortiz pro-Alan (curiosamente ambos se llaman escritores lo cual es incluso más deprimente para quien escribe), no hay mucho que hacer.

* Si bien es importante que, por los motivos que sean, los ciudadanos tengan interés de ver este tipo de programas, no por eso debe uno descuidar el abordaje crítico a la hora de evaluarlo. Hay cosas que dijeron, sobre todo Denegri, con las que yo no estoy de acuerdo y me parecen, a estas alturas del debate, muy de otro siglo. Ya desde la invocación a un filósofo como Sartori para satanizar a la televisión y pensar que es la plataforma misma la que induce a la imbecilidad general, uno cree que, como señaló también Hildebrandt, ambos se han quedado en el tiempo con la frase eslogan de Cortázar de la 'Caja boba'. Como si la televisión no se hubiera aprovechado de manera original hasta llegar a revolucionar el mundo audiovisual con programas de contenido serio, informativo, cultural, artístico que tienen altos índices de ráting; como si el televidente fuera un minusválido que acepta todo sumisamente y todas las teorías comunicacionales al respecto no sirvieran de nada para entender lo intrincado que es llegar a comprender su conducta individual y todas las aristas externas al medio que lo llevan a tomar decisiones.

* Una de las ironías del entusiasmo cibernético por el programa está en que ambos, Denegri y Hildebrandt, vilipendian los nuevos dispositivos electrónicos por los cuales muchas personas vieron este programa. Más que los aparatos mismos (más que la tecnología) lo que señalan con tristeza y resignación es todo el aparato de sometimiento operado por el sistema neoliberal que sugestiona y controla a quienes los utilizan. Se ha perdido el contacto físico así como en la película HER de Spike Jonze donde todos hablan con sus dispositivos y están entre la gente pero están solos. Eso que señala Hildebrandt de las parejas que están en un lugar público cada una con su teléfono, idiotizados por separado ante su pantalla, es algo real, es algo asquerosamente actual y, creo yo, a estas alturas, irremediable. Hasta el amor se vuelve triste y robótico y silencioso en el mundo actual en el que un autorretrato ('selfie') se vuelve la prueba de la existencia de una experiencia. Da igual vivirla, lo importante es lucirla, comunicarla, interconectarla en la vitrina cibernética señalando que "estás ahí". Ya nada queda del 'aura' de Benjamin. Todo existe en el Twitter.

* Curioso que pocos se hayan detenido en la parte en la que Hildebrandt habla de Pablo Iglesias. Dice lo siguiente: "Cuando escucho, por ejemplo, a Pablo Iglesias, como lo escuché anoche en un debate televisivo de la Televisión Española, cuando escucho a un tipo como ese digo: hay esperanzas. Porque Pablo Iglesias es, precisamente, un tipo que ha reunido la indignación de su generación, que ha tenido la información suficiente como para construir una plataforma de cambio verosímil y te la ofrece, y ya depende de ti si la escoges o no. Si escoges el continuismo, la inercia, la agonía, o escoges el cambio, pero por lo menos se abran posibilidades en algunas partes del mundo que nos dicen, hombre, esto no es inexorable". Es curioso porque he conversado en este muro con muchas personas (bastante jóvenes muchos de ellos, lo cual me sorprende) que alabaron estruendosamente este debate televisado y cuyo pensamiento es abiertamente lo opuesto a algún tipo de cambio. La idea general es que las ideologías no son necesarias, que estorban en el Perú, que lo que se debe hacer es una suerte de continuismo sin corrupción del sistema actual dándole prioridad a lo técnico. Las soluciones son pues, para ellos, un asunto de tecnócratas. Suelen ser condescendientes y educados (a diferencia de los abiertamente conservadores que entran al muro con la pierna en alto hablando de 'rojetes' y de 'terrucos'). Dicen: "Qué bueno lo de Veronika Mendoza, es una pena que no vaya a salir, es una buena opción pero se junta con quien no debe y esto resta". Juntarse con quien no debe significa, para ellos, darle cabida a los que representan y han forjado sus carreras políticas sobre la base de las luchas sociales y la defensa del medio ambiente que atenta con la economía monocorde del extractivismo. En eso, son implacables pero en cuanto a cuestiones más liberales como el matrimonio gay o la legalización del aborto se ponen la camiseta.

* Y, ante esto, uno escucha a Hildebrandt hablar de la indignación de una generación nueva capitalizada por Pablo Iglesias y piensa en el Perú y se pregunta: Dónde está esa indignación? Por qué una propuesta que intenta la igualdad entre los ciudadanos, la equidad en la distribución, una economía diversificada y responsable para todos donde se respete a las poblaciones, la ecología y los recursos naturales, la lucha abierta contra la corrupción, la defensa contra el abuso de las AFPs y de las empresas que cobran en el Perú el triple, la posibilidad de que todos tengamos los mismos derechos, el desarrollo de la educación, por qué, me pregunto, por qué demonios eso que parece tan sensato es tan ominoso para estos chicos? En qué momento ocurrió ese cambio de paradigma que privilegia el mecanismo de las castas y perpetúa la acumulación desmedida de unos pocos?

El cambio es difícil, sí. No solo se trata de la derecha, no. Eso que se llama "progresismo" en el Perú de la clase media, a diferencia de la España de Pablo Iglesias y la media de los países de América Latina, se ha vuelto tremendamente conservador y centralista. Uno de los verdaderos obstáculos para el cambio verdadero está en el seno de los que piden cambio pero no están dispuestos a ceder ni medio privilegio.


Escrito por

Jinresocialarte

Hijo de padres, abuelos y bisabuelos Cajamarquinos, bella tierra norteña que llevo en la mente y el corazón, junto a la patria toda.


Publicado en

Jinre

Otro sitio más de Lamula.pe