Hubo una vez en el Perú una virgen que "lloraba lágrimas de sangre".

Fueron los primeros años del régimen de Alberto Fujimori y la noticia era portada de todos los diarios, era “primera plana” de los noticieros radiales y televisivos e incluso de los avances noticiosos con irrupción de programaciones reiteradas durante el día.

Los noticieros nocturnos empezaban su programación con esta noticia que cubría en muchos casos hasta treinta minutos. Al día siguiente, lo mismo, pero se incluían además entrevistas a sacerdotes y supuestos especialistas en apariciones religiosas.

El mismo Alberto Fujimori fue un día a elevarle sus oraciones a la “sagrada imagen”, sumándose de ese modo a la fiebre colectiva reflejada con largas colas en la casa donde se encontraba la "virgen"  para cantarle y prenderle una velita. A su salida, el entonces presidente declaraba a los periodistas: “Fui a pedirle por el Perú”; este acontecimiento duró varios meses.

Todo terminó cuando un día, por descuido, un estudioso fue invitado a un noticiero matutino, el mismo que acudió llevando en las manos una réplica de un “huaco” precolombino. Ahí mismo, en el mismo set de televisión, en vivo y en directo, con una sustancia líquida y ante el asombro de los presentes, hizo llorar lágrimas de sangre en pocos minutos, no a una virgen, sino, al “huaco” que tenía en sus manos y sin poder evitar sonreír e ironizar delante de sus entrevistadores, terminó por desmoronar aquel hecho supuestamente “sobrenatural”.

Todo había sido montado por Fujimori y Montesinos para adormecer y distraer la atención de la sociedad mientras hacían y preparaban todo lo que después se supo.

Ese fue el régimen del Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos. 

Prohibido olvidar.