Si hay una política que se ha conducido y expresado siempre bajo una conducta cargada de decencia, coherencia y dignidad  hasta en los momentos más duros e injustos de la campaña, esa ha sido sin duda alguna, Verónika Mendoza.

Parece que pocos recuerdan que el señor PPK la llamó "perra" con impresionante bajeza y de manera casi explícita, algo nunca antes visto en la historia política del Perú. No obstante la tamaña estupidez proferida por PKK, esta no mereció el rechazo unánime y firme de  los medios de comunicación y ni siquiera las mujeres periodistas de los grandes medios manifestaron su indignación por esta afrenta de género contra una joven mujer política peruana, respetable e inteligente.

Entiéndanlo bien. Con lo que ha hecho Verónika Mendoza reiteradamente y con suma firmeza hasta el momento, al sostener  que "tanto PPK como KEIKO representan prácticamente lo mismo en materia económica", pero que "el retorno del Fujimontesinismo sería lo peor que le podría pasar al Perú", y si a todo esto ha agregado que "no apoya el voto nulo ni el viciado", entonces, ya es suficiente señor!

La posición de Verónika Mendoza en ese sentido está clarísima, pero tampoco pidan que ella no se respete aunque sea un milímetro en su dignidad como persona. 

¿O qué quieren? que haga campaña explícita, que se tome una foto con PPK después de haberla insultado? ...ustedes le pedirían eso a sus hermanas, a sus hijas o compañera?  

Mendoza ha demostrado ser firme desde siempre para dar batalla a la nefasta herencia fujimorista y lo sigue haciendo incluso después de la primera vuelta viajando por todo el Perú. Cabría preguntarse: ¿dónde están y qué hacen realmente los otros?

Entonces, con todo respeto, no jodan pues.

Más clara y digna, imposible.