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El horno de la indolencia

Publicado: 2016-09-30


El horno de la indolencia

Pocas noticias me han dolido he indignado tanto. Caer en cuenta que en mi patria hubo un régimen que tuvo la idea macabra de construír un horno de 1,000 grados para quemar cuerpos de estudiantes y un profesor, previamente torturados, me avergüenza y duele en lo más hondo.

Repudio el terrorismo y el demencial accionar de Sendero Luminoso y el MRTA contra inocentes pobladores, policías, políticos, niños, viejos, mujeres y varones; esos terroristas, actuaron al margen de la ley con crueldad incomprensible. Lo sostengo con firmeza.

Pero frente a la barbarie, frente al crimen horrendo, siento que una persona normal, que entiende lo que significa el amor de familia, no debería mostrar indiferencia ni mucho menos pretender justificar ese cruel accionar, venga de donde venga; salvo tengamos atrofiada el alma y enferma la moral; somos seres humanos (se supone), no somos un "pueblo bárbaro”; justificar la barbarie, no es propio de hombres y mujeres racionales, inteligentes, sensibles, mucho menos, pretender hacerlo en nombre de la justicia.

Pensaba. Aquellos jóvenes universitarios desaparecidos en 1993, tenían más o menos la misma edad que yo en aquel momento cuando también cursaba mis estudios universitarios. Por eso, es imposible no recordar ahora a mi padre y a mi madre, a mi hermanos, quienes nos cuidaron amorosamente en nuestro crecimiento y desarrollo, lado a lado, en momentos de enfermedad, y sonriendo junto a ti, celebrando tus logros. Podrán entender entonces el indescriptible dolor que significa para un padre y una madre que le arrebaten a su hijo criado con tanta dedicación y amor, que lo desaparezcan, lo torturen, lo maten y finalmente lo quemen en un horno, siendo inocente; y todo ello, ejecutado nada menos que por las “autoridades” de tu propia patria? ¿Podrán ponerse por un momento en el lugar de esos padres? . Vale preguntarse ¿Cuantos más fueron los desaparecidos e incinerados?

Pero sobre esta tragedia, resulta más vergonzosa y dolorosa la indiferencia de una sociedad a quien parece no preocuparle enterarse de estas cosas. Lamentablemente, atravesamos tiempos donde el insulto fácil, la calumnia irresponsable y el asesinato, se van naturalizando y justificando amparados en una "hueca inteligencia"; el criminal es criminal, esté donde esté, pareciera no entenderse.

La noticia ha dado la vuelta al mundo desnudando nuestra vergüenza, pero en el Perú, todo indica que aun no llega al corazón de la gente.

Sabiendo todo esto y por más increíble que parezca, hay quienes todavía defienden a esos que aprobaron y auspiciaron este accionar, con argumentos francamente delirantes; y después, pretenden dar lecciones de democracia. Como peruano, saber esto, acrecienta mi vergüenza y dolor.

Nunca más justifiquemos el terror, el crimen demencial, venga de donde venga.


Escrito por

Jinresocialarte

Hijo de padres, abuelos y bisabuelos Cajamarquinos, bella tierra norteña que llevo en la mente y el corazón, junto a la patria toda.


Publicado en

Jinre

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