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No puedo quedarme callado...

Profesores y médicos

Publicado: 2017-08-08

Estudié siempre en un colegio público, estudié en una universidad e hice mi postgrado también en una universidad pública. Toda mi familia estudió en colegios públicos y cuando enfermábamos, éramos atendidos en hospitales públicos. 

Seguramente muchos profesores de escuela y universidad, muchos médicos o enfermeras pueden ser objeto de crítica por sus deficientes desempeños tanto en su función laboral como gremial, pero algo es cierto, a la mayoría de ellos debemos nuestras primeras letras, el cuidado de nuestra salud y nuestra eventual formación universitaria. En todos estos años hemos visto a profesores, médicos y enfermeras, de colegios, universidades y hospitales públicos dar lo mejor de sí frente a condiciones adversas de vida y una notoria precariedad laboral.

Hoy en pleno siglo XXI, este país del cual la CONFIEP y los últimos gobiernos decían que éramos la envidia del continente, la “vedette”, "el tigre de Latinoamérica”, y que por eso éramos los “elegidos” para ser sede de las grandes cumbres económicas APEC y ALCUE, ese mismo país, es el que hoy sigue atendiendo partos y recibe a recién nacidos en los pasadizos o baños de los hospitales, el mismo donde año a año existen colegios y escuelas que no logran dar inicio a sus clases porque en sus aulas no hay carpetas o sus paredes amenazan con venirse abajo, donde los médicos tienen que comprarse taladros mecánicos en las ferreterías de su barrio para poder operar a sus pacientes, con hospitales que no cuentan siquiera con un ambiente para manejar sus turnos de amanecida dignamente, donde miles de niños no asisten a la escuela por fracturas familiares originadas por la precariedad económica que padecen. Desde que tengo uso de razón, mi país sigue siendo ese lugar donde los policías - que seguramente estudiaron en colegio público y se hacen atender en hospitales públicos - son los mismos que agarran a varazos, golpes y perdigonazos a profesores y médicos que que con seguridad hoy educan y atienden a sus hijos y familias; y perdonen la metáfora, pero si alguien merece críticas, palazos y bombas lacrimógenas, no son los profesores ni médicos hoy en huelga, sino aquellos que nos gobernaron en todos estos años y no lograron hacer de nuestra educación y salud pública, un motivo de orgullo para nuestro país.

Pero los profesores y médicos ahí están, dispuestos a curar la ignorancia o alguna enfermedad del alma, a pesar de los golpes e indiferencia de sus alumnos, de los padres de sus alumnos o de sus propios pacientes quienes tarde o temprano volverán para solicitar sus cuidados.

Hay algo que no debemos olvidar: los profesores y médicos de nuestro país han hecho siempre su mejor esfuerzo al trabajar bajo condiciones laborales adversas, por eso sienten que sus reclamos han sido y son justos y no escatiman esfuerzos en marchar desde diferentes rincones del país para hacerse escuchar; una cruda realidad, que debería avergonzarnos.

Tal vez hay mucho por criticar, pero de algo estoy seguro, a un profesor de escuela o universidad pública, a un médico de hospital público, le debo mucho en esta vida.

Mi solidaridad con todos ellos.


Escrito por

Jinresocialarte

Hijo de padres, abuelos y bisabuelos Cajamarquinos, bella tierra norteña que llevo en la mente y el corazón, junto a la patria toda.


Publicado en

Jinre

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