No puedes entrar a pelear a puño limpio y honestamente contra alguien que tiene en las manos un cuchillo, un sable, una pistola, te abolla "en mancha" y encima tiene a sus jefes dirigiéndolo desde la cárcel. 

Contra los fujimoristas no puedes ser ingenuo e inocente. Por eso admiré la decidida y firmeza de la joven Verónika Mendoza en la “segunda vuelta” para decirle un “no” rotundo a esa organización mafiosa; había que tener muy claro contra quién nos enfrentábamos y hoy se demuestra el terrible riesgo que corrimos si hubiesen sido gobierno.

Hoy no hay duda que quien dirige a la bancada fujimorista es Vladimiro Montesinos. Ni la Chacón, ni Becerril, nadie de esa bancada que tiene congresistas que no se acuerdan ni en qué colegio estudiaron, tiene la suficiente inteligencia ni el cerebro para hacer lo que hacen en el Congreso. Sólo a una mente como la de Vladimiro Montesinos se le puede ocurrir y dirigir esas movidas y aberraciones jurídicas, tal como lo hizo en la dictadura fujimorista de los noventa.

Entendámoslo: A los fujimoristas no les interesa tu moral, tu honestidad política, no les interesa luchar contra la corrupción – ellos son la corrupción - ni mucho menos la “educación” del país a la que embarraron con su “prensa basura”, con sus “universidades de pasta y lucro” que hasta hoy financian sus campañas millonarias; a ellos no les interesa la legalidad ni la ética de la función pública. Sus más de veinticinco años de ilegalidades, así lo demuestran.

Quien no la tenga "clara", está más perdido que la "Chacón" en una biblioteca.

Contra un lúmpen político, contra mafiosos falsificadores de estudios, de títulos, evasores de impuestos, amigos de narcos y asesinos, de prófugos de la justicia, de nada sirve tu "pureza democrática".

Debemos combatir y sancionar a los corruptos, sí, con determinación, incluido PPK, pero también debemos defender el país de estos irresponsables. Debemos defender el Tribunal Constitucional, la DEMOCRACIA que tanto nos costó recuperar de las manos de estos ladrones, pero con determinación, con radicalidad, con firmeza.

Con los fujimoristas: o te defiendes o te “chuzean”. Así de simple.