Humillar al EJÉRCITO, es: 

- Hacer que sus pilotos lleven 150 kilos de cocaína en el avión presidencial de la FAP.

- Hacer que carguen 180 kilos de cocaína en el buque de la Marina de Guerra.

- Obligarlos a firmar ACTAS de sometimiento frente a un delincuente como MONTESINOS.

- Hacer que torturen y descuarticen a sus propios colegas de «inteligencia»

- Convertirlos en asesinos de campesinos inocentes.

- Convertirlos en violadores de mujeres campesinas.

- Construir un horno dentro de su propio cuartel, para ordenarles quemar a peruanos civiles.

- Convertirlos en «volanteadores» de ALMANAQUES con propaganda electoral de un partido corrupto.

- Robarles su CAJA MILITAR, con los ahorros y pensiones de sus soldados.

- Convertirlos en asesinos de vendedores «ambulantes» dentro de una pollada.

- Convertirlos en secuestradores y asesinos de estudiantes universitarios.

- Robarle gasolina a su propio ejército, o sea, robarle al Estado peruano.

- Postular al SENADO de otro país, después de haber sido el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas del Perú.

- Olvidar estas humillaciones y ponerte a criticar a unos soldados que se colocan un mandil rosado como simple señal de equidad.