«SI CONTAMINA, SE ELIMINA»
Anda circulando un «post» o afiche que dice: «¿Estás en contra de la mina? Entonces deja tu celular, tu carro, elimina tu computadora y todo cuanto tenga metal…»
Ciertamente, sólo un pensamiento escaso de amplitud y sensacionalista podría sostener algo así de manera absoluta y asumir ese mensaje como válido.
Debemos decir: Estamos en contra de la minería que contamina ríos, lagunas, mata la tierra, deja sin actividad agrícola y sustento a millones de familias. Estamos en contra de la mina que genera muerte ante justos reclamos de agricultores y campesinos peruanos. Si la mina mata y contamina, sea esta informal o legal, no la queremos.
Islay, como muchos otros lugares en el Perú, es una localidad que se sustenta en la agricultura y la ganadería. Islay, precisamente, es uno de los lugares más prósperos de Arequipa, con índices de desnutrición casi de 0.00 % gracias al equilibrio social y económico que ha logrado en torno a la actividad agrícola, insertada incluso en la dinámica moderna del mercado. El proyecto minero «Tía María», por estar cerca de su río principal, acabará sin duda con ese equilibrio ecológico y económico, y más, con una empresa caracterizada por décadas de severa contaminación dentro y fuera del Perú.
No se trata de estar en contra de cualquier tipo de minería sin más, sino de aquella que no debe ir donde la agricultura y la vida deben cuidarse por sobre otras actividades, más si son prósperas y necesarias localmente. Nuestro país debe ser planificado, ordenado en sus recursos, para saber con racionalidad dónde debe y dónde no debe haber mina. Pero eso, no lo debe decidir un grupete de ricachones coludidos con autoridades y ministros corruptos.
Con similar irracionalidad del mensaje citado en el primer párrafo, también podríamos responder entonces:
¿Te gusta la minería sin control alguno? Entonces, no tomes agua limpia, toma la de esos ríos contaminados con relaves mineros, con cianuro y arsénico que le dejan a los campesinos; respira aire con plomo y metales pesados que respiran miles de niños en Cerro de Pasco, Apurimac, Cajamarca, etc.; no comas papa, frijoles, azúcar, ni leche, ni carne de ganado que se producen con agua limpia donde no hay mina, sino, aliméntate con productos regados con agua de ríos que las mineras contaminan; y te diría también: no compres alimentos en los supermercados ni en los mercados de los barrios, porque esos se producen en la sierra donde aún no han entrado las grandes mineras contaminadoras. Compra productos (si es que encuentras) producidos donde la mina ha contaminado y matado las lagunas y ríos… y por último, llévate un poco de esos cerros con relave minero a tu casa y vive junto a ellos, tal como viven y le dejan las mineras al costado de las casas de nuestros campesinos.
Queremos una mina responsable, que no contamine, que respete la vida, que proteja nuestras aguas, que no genere corrupción y no haga que nuestros policías maten a peruanos inocentes con balas compradas con impuestos pagados por esos mismos campesinos. Pero ese tipo de mina, RESPONSABLE, cuesta más dinero, cuesta miles de millones en tecnología, y eso, precisamente, es lo que no quieren hacer ni gastar las transnacionales corruptas, porque quieren ganar más, gastando menos: «maximización de utilidades», le dicen; claro, a costa de la vida de millones de personas.
Contra ese tipo de mina corrupta y contaminadora, diremos siempre con firmeza y sin titubeos: ¡No a la mina, sí al agro!