Los Cholos, 20 años de música
Este mes de noviembre la agrupación de música y canto popular tradicional peruano Los Cholos, llegan a los veinte (20) años de actividad musical de manera ininterrumpida. Aquí contamos parte de este camino:
Luego de diferentes experiencias tanto personales como colectivas de cada uno de sus integrantes, al iniciar este proyecto, de alguna forma presentíamos los posibles avatares (realidad social, cultural, tareas y hasta egoísmos) a los que nos podíamos enfrentar. Afirmar un trabajo teniendo como eje la música de tradición del Perú supuso también asimilar retos insospechados a cada paso.
El formato de trío y luego cuarteto, basado fundamentalmente en instrumentos acústicos de vientos andinos, instrumentos de cuerda como charango, guitarra, mandolina, así como percusión peruana a los que se suman duo de voces, exigía una atención adicional, además de prudente, para adecuar diversos géneros musicales del Perú a esta conformación grupal.
Respetar cánones, acentos, ritmos, golpes melódicos, prestar atención a estilos de canto, danzas rituales, cantos testimoniales, etc. ha sido parte de la responsabilidad asumida sin concesiones en estos veinte (20) años.
Tras este tiempo, sentimos que la mirada atenta hacia el interior del Perú sigue siendo una tarea urgente y vigente para reconocernos y respetarnos en un país caracterizado por hondas grietas sociales. Afirmar respeto, supone además el deber de atender con estudio las músicas de cada una de las diferentes regiones del Perú.
En ese camino, hermosos retos se fueron presentando de manera inconsciente, sin haberlo previsto, los que luego de una observación (o audición) detenida, nos exigió y posibilitó, por ejemplo, que pudiéramos adaptar piezas musicales originalmente creadas para otros tipos de instrumentos (como el arpa y el violín de la llamada música “indígena”, o vientos de metal, etc.) a instrumentos como la guitarra y el charango; o el trabajo para adecuar géneros tradicionales de la costa peruana a nuestro formato. Un reto constante sigue siendo entender las diversas formas de canto que existen en las distintas regiones del Perú, a las que se deben atención y audición constante para su interpretación vocal, y en otras, atendiendo modos de pronunciación de composiciones en quechua de una determinada región.
Como consecuencia, por primera vez se logran adaptar y grabar, por ejemplo: tonderos, panalivios, festejos, danzas de negritos, mudanzas diversas de danzas de tijeras, valse arequipeño e incluso, motivos selváticos, entre otros, teniendo como instrumento cantor, «prima» o melódico, al charango, y como instrumento soporte o apoyo, la guitarra.
En estas dos décadas, un total de cuarenta y uno (41) géneros musicales tradicionales del Perú, algunos con sus variantes regionales, han sido abordados en el repertorio asumido por Los Cholos.
(Foto: Anfiteatro Gran Parque de Lima - Juegos Panamericanos Lima 2019. Registro: Oscar Chambi)
La mirada musical grupal ha correspondido a un trabajo con carácter introspectivo, con mirada hacia el interior del Perú de manera integral, asumiendo con respetuoso atrevimiento (debemos recalcarlo) todas las posibilidades que se pudieran adecuar a los instrumentos mestizos con los que trabajamos. Nuestro trabajo, en definitiva, no ha tenido una mirada ‘hacia fuera’ y mucho menos ha estado movido por códigos mediáticos comerciales, todo lo contrario, se ha desarrollado en una senda de reencuentro de tipo cultural y hasta didáctico, con músicas felizmente vigentes, expresiones de culturas vivas, muchas veces desconocidas en las ciudades, pero que siguen latiendo al interior de nuestra patria.
Una verdad asumida con suma convicción, es que ningún trabajo que pretenda abordar las músicas de tradición de nuestros pueblos, puede realizarse prescindiendo o sin contar con la debida atención a los maestros que nos antecedieron y marcaron este camino con sus vidas. Pretender hablar de las músicas de tradición sin tener presente sus legados, sería absurdo, irresponsable, tanto como anti histórico. En esa línea, nuestra tarea se ha nutrido de esas contribuciones, de elevados referentes de las regiones del Perú que nos han honrado con su amistad, y por otro lado, acercándonos a las tradiciones de los mismos pueblos, de sus cantores y cantoras; esa tarea, sigue constituyendo un deber impostergable. Imposible no recordar en estos momentos y en estas líneas a quienes nos brindaron todo su apoyo respaldando nuestro trabajo desde un inicio: Manuel Acosta Ojeda y Chalena Vásquez.
(Video: Concierto en París, Francia)
La certeza de que a través de las músicas y cantos de tradición podemos aprender las historias de diferentes pueblos, es una verdad confirmada en la praxis musical, y ella nos permite sin duda alguna, entender la diversidad de la que estamos hechos como país.
Un canto, una danza, una melodía de tradición, suele ser como una pequeña síntesis de la historia del pueblo de donde proviene. A través de estas músicas, podemos saber también cómo esos pueblos le cantan al amor, cómo se enamoran, cómo realizan sus fiestas, la devoción que le guardan a sus «santos patronos», cómo celebran la siembra, madurez y cosecha de sus productos en las chacras, cómo le cantan al agua, qué ríos y apus son sus referentes o forman parte de su devoción y visión del mundo, qué características tiene su hablar, sus «modismos», sus fonemas regionales, con quiénes comparten sus límites geográficos, a qué varones o mujeres de pueblos aledaños les dedican sus cantos de amor, en qué colegios o escuelas han estudiado y hasta qué agencias de viaje provinciales contribuyeron a la migración de sus pobladores; asimismo, qué comidas añoran, cómo celebran la vida, y también, cuáles son sus urgencias, qué cosas los agreden, cuales son sus reclamos y denuncias, cuales son sus esperanzas. Y es que detrás de cada canto tradicional, están las historias de millones de mujeres y varones afirmando su derecho a la cultura propia.
(Video realizado en Cajamarca. Laguna San Nicolás, distrito de Namora)
La importancia de atender entonces con respeto todas estas expresiones, nos permite entender mejor el país y mundo que habitamos. Y algo también sentimos: las músicas de los pueblos logran que se visibilicen esos mismos pueblos, a veces, mucho más que en los mapas o discursos oficiales. Un canto de tradición, nos revela que ese pueblo existe, vive, aun cuando el mundo «oficial» no lo tenga en sus prioridades.
Son ya veinte (20) años y frente a este país maravilloso que tenemos, sabemos que la tarea de cubrir sus miles de expresiones musicales no podrá ser abordada en su totalidad. Con seguridad, partiremos de este mundo sin abordar siquiera algo pequeño de todo cuanto posee. Empero, el camino no por eso deja de ser hermoso y eso es lo que alimenta finalmente nuestra felicidad para seguir en esta senda. Sumado a todo ese trabajo, hoy también tratamos de devolver lo aprendido y vamos creando e incorporando a nuestro repertorio composiciones propias que respondan a nuestras necesidades y esperanzas; y es que lo que viene del pueblo - como decía el poeta - debe volver hacia él.
(Video: Sesión de ensayo Los Cholos. Registro: Karla Páez Avilés)
Han sido cientos o miles de presentaciones, conciertos, charlas, conferencias, talleres, etc. realizados en teatros, auditorios, sindicatos, Centros Culturales, Escuelas de Música, universidades, centros penitenciarios, hospitales y colegios dentro y fuera del Perú los que hemos realizado durante todo este tiempo. Son cinco producciones musicales (álbumes) y una sexta en plena ejecución que plasman y reflejan parte de nuestro trabajo realizado fundamentalmente de manera autogestionaria.
En este camino se sumaron maravillosas personas que dieron soporte a este andar con su confianza, profesionalismo, difusión y abrazos de respaldo, y al final de todo esto, podemos decir que nuestra mayor satisfacción será siempre ser acunados por la atención de nuestros pueblos de condición sencilla, constructores de vida y belleza.
En nombre de la belleza como sinónimo de justicia.
Gracias, desde el lado del corazón.
Los Cholos