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lucha reyes, cantando para los presos del penal  "san juan de lurigancho"

Lucha contra la pobreza

Lucha Reyes partió de este mundo un 31 de octubre de 1973, el mismo día que se conmemoraba el Día de la Canción Criolla. Nacida en la extrema pobreza y quedando tempranamente huérfana, tuvo una vida que podríamos catalogar como verdaderamente proletaria. No obstante salir adelante por sus bellas  virtudes como cantante criolla y haber logrado la aclamación popular, son pocos los programas serios o los espacios de disertación con voluntad didáctica y cultural, que suelen ocuparse en estos tiempos de su importante trayectoria.

Publicado: 2023-10-30


En una oportunidad, unos jóvenes me dijeron que 'les gustaba la canción “Regresa” que cantaba Eva Ayllón' y que ‘siempre la cantaban entre amigos’. Yo les dije que esa canción fue grabada por Lucha Reyes hace mucho tiempo y que Eva Ayllón la había grabado recientemente como una suerte de homenaje para recordarla. Los chicos me replicaron: ¿“Lucha Reyes”, quién es ella?

Nacida en la extrema pobreza, tempranamente huérfana y con una vida que podríamos catalogar como verdaderamente proletaria, Lucila Justina Sarcines Reyes trabajó desde los cinco años, tuvo que cantar en las calles, trabajar como lustrabotas, como “canillita” y luego como lavandera y cocinera. Conocida después como Lucha Reyes y con virtudes innatas para el canto, se abrió paso en un país carente de oportunidades para seres como ella. En ese sentido, su vida y huella artística es un limpio ejemplo de superación personal a pesar de las serias adversidades que la golpearon desde su nacimiento. Por todas estas consideraciones, su corta existencia debería merecer una mayor y seria atención (más allá de una “telenovela” pensada en réditos mediáticos) para afirmar, además de su valía artística, la voluntad de superación de una mujer que como ella (igual que similares), fue víctima de violencia social, física, psicológica y económica.

¿Por qué los pocos programas serios dedicados a la música criolla, es decir, aquellos con voluntad didáctica y cultural, no suelen referirse o difundir mucho las grabaciones de Lucha Reyes? a pesar que sobre su muerte se refuerza un hecho que marcó para siempre su partida, cual es, que falleció el mismo día que se conmemoraba el “Día de la Canción Criolla”, es decir, el 31 de octubre de 1973. 

Año a año escuchamos que se programan especiales de muchos artistas (incluso repetidos y hasta con antiguas grabaciones sacadas de discos de carbón, etc.) pero no logramos recordar algo dedicado con similar interés didáctico a la que en vida fue considerada un indudable ícono popular criollo, incluso, con una presencia notoria en espacios mediáticos de su época.

¿Por qué esa involuntaria o cuasi negación?, pero además ¿Por qué Lucha Reyes no está muy presente en los diálogos y disertaciones de quienes suelen mostrarse como conocedores de la historia del criollismo?

Año a año me he repetido lo mismo: “Seguro que una vez más este 31 de octubre ningún programa radial ni televisivo hará un especial con la vida y las canciones de Lucha Reyes, aquella gran cantante criolla que murió un 31 de octubre, precísamente, el Día de la Canción Criolla”. Y no es que sea una obligación hacerlo, pero… si se realizan "especiales" los días previos a esa fecha de otros cantantes valiosos que ya no están con nosotros, por qué no hacerlo también con Lucha Reyes? Últimamente su voz sólo la escuchamos de manera intermitente en programas radiales, pero con más interés comercial que cultural.

Más allá de gustos y predilecciones, algo es claro: Lucha Reyes poseía un timbre de voz distinguido y con un hermoso brillo, virtudes a las que sumó una clara vocalización y fraseo en su canto; expresaba además un buen sostenimiento del vibrato que le otorgaba expresividad y una carga de dramatismo a sus interpretaciones; era dueña además de un registro vocal poco común para una voz femenina llegando a realizar grabaciones con grandes músicos y autores de su tiempo, con arreglos notables que hacían honor a aquellas épocas en donde cada "valse" tenía su propia “introducción”, instalándose como una suerte de “clásicos” en el imaginario popular, es decir, diferenciados, difíciles de doblar o replicar.

Repasar algo de su vida, sus orígenes y la pobreza extrema que sufrió, tal vez pueda servirnos para entender por qué su vida está presente en algunos espacios y no en otros.


Vida

Lucila Justina Sarcines Reyes, nació el 19 de julio de 1936 y falleció el 31 de octubre de 1973, el mismo día que se conmemoraba el Día de la Canción Criolla. Fue conocida con el nombre artístico de Lucha Reyes. Desde los 5 años y viviendo una extrema precariedad económica, Lucila empezó a cantar en las calles para conseguir dinero. En 1942, fallece su padre.

Su madre entabla una segunda relación con una persona que lejos de cumplir un rol paterno, la maltrató física y psicológicamente. Al poco tiempo, un incendio destruyó su vivienda trasladándose al distrito de Barrios Altos. Agobiada por severos problemas económicos, su madre la envía al Convento de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor a cargo de religiosas franciscanas. Ahí se formó hasta el tercer grado de primaria asimilando valores que la aproximaron a familias humildes reforzando su sensibilidad humana.

Lucila, contrajo matrimonio civil con Jorge Henry Casquero, un sargento de la Guardia Civil cuya relación estuvo marcada por la violencia y maltrato físico. Posteriormente, tuvo una segunda relación de la cual no se cuenta con mayor información. 

Antes de ser conocida como cantante, Lucila trabajó vendiendo periódicos en las calles de los Barrios Altos; trabajó como lavandera, cocinera, lustrabotas y empleada del hogar. A mediados de 1950, participó en un programa de Radio Victoria llamado El Sentir de los Barrios; ahí debutó con el vals "Abandonada" de Sixto Carrera ", logrando gran éxito. En 1952, Lucila concibe a su primer hijo, Humberto Cueto Sarcines y, en 1953 a Alejandro Cueto Sarcines. Tiempo después, adopta una niña de nombre Beatriz Rivera a quien crió hasta el final de sus días.

Tiempo después, Lucila comenzó a sufrir descompensaciones e inconvenientes respiratorios, llegando incluso a toser sangre. Unos exámenes médicos arrojan como resultados diabetes, edema y disnea, internándose en el Hospital Hipólito Unánue (llamado Bravo Chico) en 1959, donde permaneció un año.

A mediados de 1960, Piedad de la Jara, por recomendación de Lucila Campos, la contrata para trabajar en la Peña Karamanduca, de las mejores peñas que existieron en la capital. Dicho periodo representó una de sus mejores épocas como cantante. Entre 1962 y 1964, Lucha Reyes graba sus primeras canciones con la disquera "El Virrey". Su primer larga duración fue presentado en el Hotel Crillón de Lima. El empresario argentino Nilo Marchand, gerente de la compañía, se convirtió en su representante.

Gonzalo Toledo (descubridor de talentos), la escucha y la visita en casa de su entonces suegra ubicada en la Quinta Santa Clara. Toledo la presenta al animador y locutor hípico Augusto Ferrando quien la integró a la entonces famosa Peña Ferrando. Con el grupo de Ferrando, Lucila realizó presentaciones tanto en Lima como en el interior de Perú: cantaba y actuaba imitando a las extintas Celia Cruz, Olga Chorens, Toña la Negra y a Celina González. Permaneció en la Peña hasta inicios de 1970.

Con la placa titulada: "La Morena de Oro del Perú", grabó su primer éxito comercial, el vals de Augusto Polo Campos, “Regresa”, cautivando al público. En dicho álbum, destacaron además temas como “Tu Voz”, de Juan Gonzalo Rosé y Víctor Merino; “Aunque me Odies”, de Félix Figueroa; “Como una Rosa Roja”, “Soy Peruana”, “Soy Piurana”, de Gladys María Pratz; “José Antonio” y “La Flor de la Canela”, de Chabuca Granda; “Qué Importa”, de Juan Mosto y, “Cariño Malo” de Polo Campos.

En 1971, grabó su segunda placa asesorada por Rafael Amaranto: "Una Carta al Cielo", incluyendo éxitos como “Jamás impedirás”, “Propiedad privada” y, “Ya ves”.

Durante ese periodo su salud volvió a resentirse siendo internada por segunda vez en el Hospital Hipólito Unanue. Se le detecta hipertensión arterial e insuficiencia cardiaca. Su segundo internamiento no pasó desapercibido puesto que para entonces ya era una cantante muy reconocida. A mediados de ese año recibe un “Disco de oro” por su grabación “Regresa”. Al mismo tiempo, tuvo su propio programa radial llamado "Primicias criollas" en Radio Unión, el mismo que duraría hasta 1972.

Tuvo una gran amistad con Consuelo Gonzáles Posada, esposa del entonces presidente de la República Juan Velasco Alvarado, quien además de financiar su primer trabajo discográfico, fue una persona infaltable a las presentaciones que ofrecía en la capital. Consuelo Gonzales, brindaría su ayuda y auxilio médico a la artista.

En 1972, lanzó al mercado su tercer larga duración: "Siempre Criolla". Éxitos como “Corazón”, “De Puerta en Puerta”, “Déjalos” y, “Sonrisas”, fueron famosos en su voz. Ese mismo año fue invitada por la colonia peruana de los Estados Unidos donde fue recibida apoteósicamente en el Waldorf-Astoria de Nueva York y Chicago.

Su médico de cabecera, Eduardo Zuleta y, producto de sus constantes giras, la volvió a hospitalizar debido a que sus controles médicos no revelaban mejoría; a inicios de 1973, los doctores le prohibieron sus actuaciones en forma definitiva.

Lucha Reyes le pide entonces a los compositores Augusto Polo Campos y Pedro Pacheco que le hicieran una canción de despedida. Polo Campos le compone el vals “Espera, Corazón”, que estrena el 18 de enero, es decir, para el aniversario de la ciudad de Lima.

El empeoramiento de su diabetes le produjo un cuadro patológico cardiaco. A mediados de ese mismo año presentó dificultades oculares. En esta última etapa, compartió su vida con su último compromiso amoroso: el guitarrista Ausberto Mendoza, quien atendió a la cantante en todos los aspectos y la acompañó hasta sus últimos momentos.

Una tarde de mayo, Lucha Reyes visitó al compositor Pedro Pacheco quién le entregaría el vals de despedida que le había pedido. El vals llamado “Mi última canción”, dio título a su cuarto y último larga duración. A mediados de agosto, su estado físico empezó a deteriorarse teniendo que depender de una silla de ruedas. En el mes de octubre hizo sus últimas apariciones en público.

La mañana del miércoles 31 de octubre de 1973, cuando se dirigía a una misa en la Asociación Peruana de Autores y Compositores (APDAYC) por el Día de la Canción Criolla, sufre un infarto en la intersección de las avenidas Wilson y Uruguay. Trasladada a la Clínica Internacional, llegó sin vida a las 9:45 de la mañana. Lucha Reyes falleció a la edad de 37 años.

Sus restos mortales fueron conducidos al Centro Social Musical "El Sentir de los Barrios", lugar donde descubrieron sus virtudes como cantante. Superando la capacidad del local, sus restos fueron trasladados luego a la Casa de la Cultura en Lince.

El 1 de noviembre, fue trasladada en carroza desde Lince hasta la Iglesia de San Francisco, donde se celebró una misa de cuerpo presente. Su sepelio fue multitudinario: un aproximado de 30,000 personas acompañaron su despedida. Luego de la misa, la muchedumbre deseaba llevarla en hombros y coreando sus canciones la cargaron en un recorrido de más de seis kilómetros que duró pasadas las tres horas hasta el Cementerio de El Ángel.

En 1974, póstumamente, su sello discográfico lanza al mercado la placa: "Lucha por Siempre... Lucha", en el que se incluyeron temas como "El Último Brindis", "Lloro en Silencio" y, como feliz novedad, el wayno, "Llaulillay". "Llulillay", sería el primer wayno grabado por una cantante negra peruana.

(*)

FOTO:

Lucha Reyes, ofreciendo una presentación en la cárcel del Penal de Lurigancho, en 1973, año que murió.

Datos biográficos:

Eugenio Hernández Carreño, "Lucha Reyes, La Morena de oro del Perú", Eds. Símbolo, Lima, 1974.


Escrito por

Jinresocialarte

Hijo de padres, abuelos y bisabuelos Cajamarquinos, bella tierra norteña que llevo en la mente y el corazón, junto a la patria toda.


Publicado en

Jinre

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