La noche de ayer domingo recibimos la triste noticia de la repentina partida del gran músico y rockero peruano “Cesar N”. 

Él no fue cualquier músico ¡fue excepcional! Además de virtuoso, de esos escasos seres que nunca traicionaron sus convicciones, que jamás transaron con la miseria del poder. “Cesar N” hizo honor a la rebeldía del rock en el Perú como pocos, denunciando los abusos e injusticias imperantes. Sobre el escenario, derrochaba una hermosa voz y una calidad interpretativa excepcional; verlo, oírlo era llenarse de su energía y experiencia interpretativa. Tenía alma de niño y la virtud de la honestidad y firmeza militante. Hombre de izquierda, de lenguaje sin poses, franco y frontal. Un ser humano bello, muy solidario… un peruano que amaba a su patria con amplitud estética, capaz de conmoverse con un wayno o una danza de tijeras, lo mismo que con el rock o una pieza de Mozart. Cada encuentro con él era llenarse de un abrazo largo y cálido, de amigo entrañable. Las últimas veces que nos vimos fue corriendo por el centro de Lima, escapando de las bombas lacrimógenas lanzadas por la policía en las protestas contra los asesinatos de civiles en Puno y Ayacucho. 

Son incontables los espacios donde "César N" hizo gala de su talento y compromiso humano en las noches de Lima afirmado su sello interpretativo basado en un «rock de raíz» (como él mismo decía). El Centro Cultural El Averno, en el Jr. Quilca, fue el lugar donde lo disfrutamos innumerables oportunidades.

Fue el primer rockero fiel a SAYCOPE (Sociedad de Autores y Compositores Populares del Perú) que fuera presidida por ese gran maestro e investigador  peruano Manuel Acosta Ojeda, de quien fue su amigo.

Recuerdo un día 31 de octubre (a mediados de los ‘90) cuando en el local de SAYCOPE del Rimac, Manuel Acosta Ojeda convocó a la gente para celebrar el Día de la Canción Criolla. El local se llenó entonces de muchas personas mayores (tradicionalistas) que llegaban para sumarse al llamado del maestro. Esa misma noche MAO también invitó a dos rockeros (socios de SAYCOPE): “Cesar N” y Piero Bustos. Manuel Acosta Ojeda tomó la palabra y ante el desconcierto de los asistentes presentó a “Cesar N” como representante de ese “criollismo” que emerge desde el rock peruano, que tiene voz propia y que cuestiona lo establecido, porque “si el criollismo es una suerte de fusión, de mezcla de culturas, entonces el rock hecho en el Perú también forma parte de esa corriente criolla”, sentenciaba MAO.

Eran años de la dictadura ladrona y asesina de Fujimori y Montesinos. “Cesar N” salió al escenario abriéndose paso con su enorme estatura y una sonrisa que irradiaba nobleza ante un auditorio casi desconcertado que con seguridad había ido a escuchar tal vez algunos valses de Felipe Pinglo, Pablo Casas, etc. en aquel “templo del criollismo” que era SAYCOPE.

“Cesar N”, guitarra en mano, agradeció a Manuel Acosta Ojeda la invitación y dijo a los criollos asistentes: «Vivimos momentos difíciles, muy duros y así como Pinglo denunció las injusticias, yo también quiero seguir su ejemplo y denunciar lo que hoy vivimos” y entonces comenzó a cantar una canción que en su coro preguntaba y decía: «¡Dime, dime… quién es el presidente!» e invitando al público a contestar les hizo cantar la respuesta: «¡Es un rechucha!». Y es que, "César N" podía escribir los versos más tiernos y también los más fieros si de afirmar la vida y la dignidad se trataba.

(Lo mencionado obra en una grabación de cassette que conservo entre lo más preciado; el segundo tema que cantó fue la bella canción: “El oso”)

Nunca más escuchamos ni vimos algo igual: Un Día de la Canción Criolla (nada menos que en SAYCOPE) donde un rockero peruano recordaba a Pinglo cantando a la inconformidad social y haciendo coro con un público que terminó aplaudiendo y entendiendo la nobleza de aquel joven músico, amigo de Acosta Ojeda.

Con la falta que nos hacen esos espíritus comprometidos no solo de palabra, sino  y además de obra y acción, la partida de “Cesar N” nos deja un vacío enorme talento musical, pero además, de coherencia, esa coherencia a la que muchos deciden renunciar por un minuto de ego «cojudo».

Hasta siempre “Cesar N”, te recordaré como ese músico virtuoso y buen ser humano que jamás transó ni puso en juego sus convicciones por dinero ni condecoraciones.

Te extrañaré como “laconchadesumadre”, como tú decías. Y me lloro mientras digo esto. Descansa en paz amigo, camarada.